LA PARTE DIFÍCIL DE HACER QUE PAREZCA FÁCIL

“EL DIFÍCIL ARTE DE SER MUJER…”
Hace un tiempo publiqué esta frase y en ese momento lo tomé un tanto a broma… hoy, reflexionando sobre esto me he hecho algunos cuestionamientos.
No estoy a favor del machismo, obviamente lo repudio, pero tampoco estoy a favor del feminismo, creo que sería más acertado decir que estoy a favor de la mujer…
Mujer… cinco letras, palabra aguda… ¿cuánto significado encierra esta palabra bisílaba…? ¿qué dimensiones puede alcanzar el querer explicar lo que representa…?

Mujer, tú que llevas sobre los hombros la pesada carga de una familia tras el abandono del que se suponía debías haber recibido apoyo, tú que trabajas fuera y dentro de casa para sacar adelante a los hijos que conforman tu universo, tú que no conoces de horarios decentes para descansar porque le faltan horas a tu día para realizar todo lo necesario, tú que eres la última en acostarte y la primera en ponerte de pie, tú que con un limitado presupuesto estás obligada a dar de comer, vestir, calzar, estudios, hogar, etc., a tu familia; tú que eres capaz de vestir harapos y comer sobras por dar a los tuyos lo que requieran… pero llevas una sonrisa de satisfacción al verlos bien.

Mujer, tú que soportas largas jornadas de trabajo por un salario desigual al de tus compañeros del género opuesto sólo por ser mujer, tú que batallas en el transporte o en la calle con las miradas lascivas y palabras indecentes aún cuando vistes con decoro, tú que te niegas una salida porque tu día de “descanso” sirve para arreglar en casa lo que ha quedado pendiente los días anteriores, tú que tienes que hacerte cargo de tus padres ancianos porque tus hermanos varones no pueden relevarte… pero llevas una sonrisa de satisfacción porque miras tu casa limpia y a tus padres contentos.

Mujer, tú que ante la falta de preparación para tener un empleo bien remunerado para sostener a los tuyos has tenido que comercializar tu dignidad, tú que soportas humillaciones, injurias, desprecios, incluso golpes… tú que eres vista como mercancía por unos y basura por otros, tú que te maquillas el dolor y la vergüenza y haces uso de lo que te resta de fuerza para seguirte parando en una esquina, tú que quizá termines contrayendo alguna enfermedad que de fin con tu existencia… pero continúas con una mueca en forma de sonrisa para complacer a los que solicitan tus servicios porque no encontraste otra salida y todavía muchos le llaman “vida fácil”

Mujer, tú que disfrazas las lágrimas y te vistes de sonrisas para sostener un hogar, para que los demás no se den cuenta de los cimientos tambaleantes de lo que tú te esfuerzas por conservar como una familia unida, tú que finges no ver lo obvio porque “el es hombre” y además debe consolarte saber que eres “la esposa” como si ese título mermara la rabia que te provoca tener que hacerlo, tú que cubres los golpes físicos y morales creyendo en esa absurda promesa de “no vuelve a suceder”, tú que te desvives por tener tu casa lo mejor posible aún cuando tienes que hacer malabares con un gasto diminuto, tú que eres madre, esposa, enfermera, psicóloga, servidumbre, cocinera y hasta electricista y más… pero, “no trabajas” tan sólo eres ama de casa… pero sigues sonriendo en pro de conservar un “hogar”…

Mujer, tú que vives en una zona rural, sin voz ni voto, tú que eres sólo una máquina de parir hijos y atender al marido, tú que no tienes derecho a sentir y mucho menos a manifestar tus inconformidades, tú que fuiste educada para ser ama de casa, para servir a los demás… pero que sigues sonriendo por cumplir con la encomienda…

Mujer… tú que soportas y aceptas las reglas sociales, religiosas o tradicionales de tu entorno, tú que acatas las decisiones obsoletas y retrógradas de una “civilización” porque… “así debe ser”, tú que por ser mujer sólo puedes asentir a todo lo que tu entorno te impone, tú que no puedes elegir con quién o a que edad casarte, cuántos hijos tener, que tipo de actividad realizarás, incluso con quienes puedes o no hablar y hasta que decir o pensar… pero sigues sonriendo para no despertar la ira o desaprobación de los demás…

Mujer… tú, sí tú, que haces con un pase de varita mágica que todo parezca sencillo porque según el mundo “naciste con ese don” “es algo que toda mujer trae” tú, la misma que llora a solas y se lame las heridas en un rincón , tú la del talento maravilloso de hacer ver fácil lo que a “otros” les resultaría una labor titánica…

Mujer… tú, creación divina y sublime de Dios, tú ser humano, pensante, sensible, digno, amalgama perfecta de fuerza y delicadeza, tan sólo quiero decirte que eres única e irrepetible, que tienes derecho a fallar, a caer, a exigir al mundo que te mire como el pilar que en realidad eres en este mundo.

Gema Sánchez
México.