No estoy enamorado de ti.

Quiero besarte, quiero besarte otra vez. Quiero sentir el calor de tu aliento y lo suave de tus labios sobre los míos. No es debido a que me siento atraído por ti, claro que no es por eso. No me enamoraría de tu cuerpo sin antes enamorarme de tu alma, y no me enamoraría de tu alma sin antes no haberte pedido permiso para profanarla con mis pensamientos más profundos.

No estoy enamorado de ti, no lo estoy y no lo estaría. No me enamoraría de ti ni en cien vidas, ya que sé que no es lo correcto. Mi mente me impide enamorarme de ti, ya que estoy consciente de los mil y un problemas que nos rodean, pero, si no estoy enamorado de ti, ¿por qué deseo tanto tu cuerpo, tu alma, tus pensamientos, tus sueños y tus metas? No lo sé. Mi mente es estúpida y simplemente me dice que me sienta feliz con tu felicidad, me dice que me sienta triste por tu tristeza y que comprenda que no eres mía y nunca lo serás.

En realidad, nunca serás de alguien, ya que no eres un objeto. Nunca serás de alguien, ya que eras dueña de tu persona y de nadie más tiene ese poder. No eres mía y estoy bien con eso, ya que yo vivo con la ilusión que algún día tú seas completamente tuya y no tengas que sufrir por nadie más.

¿Qué si desearía tenerte en mis brazos? Claro que no, ¿Qué clase de tontería es esa? No comprendo la razón por la cual me gustaría tener a la persona que me hace sentir seguro, que me da amistad, cariño y un lugar donde me siento especial, ¿por qué yo iba a querer tenerte cerca?

Tenerte cerca es como tener mariposas en el estómago, las mariposas me hacen vomitar. No quiero vomitar así que no te quiero cerca. ¿Qué si viajaría más de 15 horas solo por verte por un minuto? Sin pensar, pero no debido a que me interese verte, lo haría solo para revisar que estés bien y saber si comiste.

No estoy enamorado de ti, no estaré enamorado de ti, pero siempre seré fiel a la idea que tal vez en otro tiempo y en otra situación tú y yo seríamos perfectos.