Adquiriendo años

poema de Esteban Vera

Entre alegría y tristeza se encuentra mi nombre,
Buscando una libertad deseada, para seguirla.
Mi voz se mantiene cabizbaja, esperando el momento,
Viendo como la niebla baja, y se apodera de mi entusiasmo.
Una melancólica realidad bajo un techo,
Una melancólica realidad bajo un sin fin de pensamientos.
Una realidad sumisa al prejuicio, importando poco la percepción.
Unos pájaros oscuros avisando el lamento.

Si pudiera ver que hay más allá de la muerte, me interesaría demasiado,
Es tanto el deseo de saberlo que aveces lo intento,
Al intentarlo me deprimo y me olvido de mi.
Pero las voces son tan fuertes, que me obligan a seguir.
No voy ni al cielo, ni al infierno.
Yo voy donde me encuentro.
Latiendo pensamientos intolerantes respecto a prejuicios.
Es contradicción buscar la manera de hacerlos feliz,
Pero me alegro al saber que me lo estoy inculcando así.

Los verdaderos valores los adquirí viendo,
Analizando el mar triste,
Y desvelandome en noches sollozando.
Cuando la luna hizo que subiera la marea,
Ocurrió la sensatez.

Madurar me llevo por mal camino,
Me divulgó de una manera que yo nunca había deseado.
Pero ahí estaba,
Y no quedaba rastro del anterior.

Ya no estaba ese hombre triste sin prohibiciones,
Ese melancólico que reía para salir de su verdad.
Esa cara desvelando noches y estrellas.
Esos ojos idos por el encierro.

Acá vivimos.
Se prohíbe del placer, pero se hace,
Se publica pero se esconde.
El gran drama es que hay que ser sigiloso,
Hay que aparentar otra realidad, y mostrarse absorto por las acusaciones.

Faltan las alas, el impulso tolerante.
Falta que me siga, y que no influya en los demás,
Quizás esconderse es lo mejor,
O quizás demostrarlo lo será.
Lo malo que de las dos adquirimos muchas consecuencias