Mintió al decir que se iba.

Conocí al amor y a la derrota
En una misma boca,
Que una vez sonreía como loca,
Hasta que la música como suele ocurrir,
Se convirtió en acordes menores tristes de oír.
Aún así no me arrepiento de nada,
Y a veces aún siento clavada su mirada,
La sensación de que vigila mis
Huellas,
Producto de mi imaginación, no es realmente ella.
Pues esta lejos,muy lejos,yo diría,
En un lugar inalcanzable para mí poesía,
Que a veces recito en voz muy alta,
Para quizás conseguir desterrarla de mi garganta.
Muy a mi pesar no quiere marcharse,
Brota en este cuerpo inerte sin temor a marchitarse,
En momentos como este me atrevo a decir,
Que su recuerdo es lo único que tiene vida por aquí.
Dijo que se iba aquella lúgubre tarde,
Y mi vida se fue con ella,
Y la herida aún me arde.