Marcha del silencio

Caminan las almas risueñas.
Retozan en sus manos eternas,
los gritados silencios.
Sin sangre, en huesos quebrados,
reflejan los rincones de marfiles,
los fosforescentes sepulcros odiados,
el propio laberinto de sus verdades.

Quiero romper todos los epitafios!
Encarnar presencias en la mutilada historia.
Llevar tu bandera en mi garganta!

Quiero arrasar las avenidas de la desmemoria.
Restaurar el color de las alas extendidas,
en las grises imágenes desteñidas.
Reconstruir la valentía de mi pueblo,
Detener los discursos impuros,
enmascarados de nuevos tiempos,
de los dueños de los fusiles florecidos.

Quiero caminar contigo por los mismos senderos,
sembrados de apretones de deseos.
Recuperar el aliento de futuro.
Ahí, donde se hacen piedra los hechos,
entre los leones de la plaza solitaria,
frente a los ojos helados de la justicia.
Mientras aturden año a año,
nuestros aplausos-latidos.

Si, quiero desafiar al tiempo adormecido.
Devolver a las ciudades su cielo prístino.
Derribar los giros del vuelo,
quebrar las uñas del cóndor maldito.
Por eso cada día, cada año,
Quiero llevar tu canción de esplendor
en la púrpura abierta de mi voz.