Desde mi nada

Escribo siempre, ahora un nombre,
de mágicas letras, sobrenaturales matices
que transforma infiernos en olimpos,
cultiva bonanza entre suspiros
e inundan de dulzura mis pasos.
Camino por sendas repetidas,
buscando revivir un dulce momento
cuando esa presencia estuvo brillando
en un retozo sobre un triste día.

Ahora, en un camino lejano
con un rostro muy tenue en mi recuerdo,
causado por una necia locura
que responde a preguntas sin razón,
cual demente con férrea osadía
pretendo ser cautivo nada mas,
adueñándome de esperanzas ya forjadas,
allá donde estas, “vos rostro de mi sueño”
por encima del camino sin destino.

Diseño del más bello cuento,
inventado en un corazón extraviado,
guardado en el tesoro de mi alma
para no ser contado a oídos paganos
ni espíritus de sano juicio en el mundo.
Opacadas, nubladas virtudes,
paralelas a mis dones extintos en tu mundo,
donde recortase al vacío tu sendero a mis ojos
para no hacer gris en mi soledad.

Imploro perdón de mis errores
y no ser de azul radiante sobre tu mirada,
si no tengo ese rayo de sol en mi alma,
si con alas rotas no puedo volar mas…
El resultado de mil pensamientos: Te extraño.
Un sentimiento como ofrenda a tu presencia,
una canción de mis labios y tu nombre,
mi alma perdida en tu mirada,
¡Un solo verso, uno solo para vos!