Miel y pan.

Me doy cuenta cuando
llegas ahí;
a ese punto que te hace
sonrojar, suspirar, vibrar;
aprietas tu cuerpo contra
el mío,
sin dejarme reaccionar

Ahí es donde nos llenamos
de alegría y paz,
cuando nuestros capullos
se abren para darnos
miel y pan;
por que saben que habrá
felicidad

Con nuestros cuerpos
desnudos y húmedos de tanto amar;
nos entregamos nuevamente
sin palabras pronunciar

Nos unimos de una forma
singular;
que la natura permite
volver a empezar

Me besas, te beso;
me elevas, te elevo;
me empujas, te retengo;
te quito el sueño;
tus manos me acarician,
las mías buscan tu dicha

Llegamos al extremo,
sin pausa y sin freno;
susurras un te amo;
te escurres al otro lado;
te halo contra mi cuerpo,
y gimes de nuevo.