Un cuento sin fin

Aquel día que la conocí
sabía que era una reina,
una doncella cuyo espíritu
es como una perla.

Tu corazón pedía ayuda
que cada latido se escuchaba
en mis oídos.

Tan linda, tan tierna,
toda una flamante princesa,
dama esbelta, me inspiras
cada vez que recuerdo
que eres bella de las bellas,
eres la dulcinea de las estrellas.

Diosa de la primavera,
has conquistado al héroe de tus deseos,
amo de tus sueños
protector de tus anhelos.

¡No desmayes! Por favor
demuéstrale a las bestias
que tu eres la mejor,
la dama de los vientos,
una mujer humilde y de ejemplo.

Heme aquí; tu soldado leal y perfecto
aquel que batalla para que la luz
y brillo de tus ojos iluminen sin parar.

Heme aquí; soy el destructor
de tus tristezas, el demoledor
de tus nostalgias, el aniquilador
de tus mohínos recuerdos
soy el que soy. Como usted lo pidió.

Venga, la invito a un lugar
donde el sol no deja de brillar,
un lugar lleno de armonías,
rodeado de felicidad,
donde juntos veremos el mar
y elogiarla a usted, su majestad.

Con tu silencio fortalezco mi alma,
con tu presencia revivo mi aura,
dulce princesa, no desmayes por favor.

Buscar el amor no es una rutina diaria
es algo difícil y complicado,
muy engañoso, muy astuto
que en estos tiempos no se siente
porque aquel sentimiento
era sagrado y perfecto.

Niña hermosa, te observo a cada momento
y sé que tu sonrisa se ha apagado,
pero recuerda los viejos consejos
no te enamores por emoción,
descubre primero las intenciones del corazón.

No todo lo que brilla es oro,
las máscaras existen,
por algo el lobo se disfrazó de oveja,
procura no caer en su trampa
porque para él eres su presa.

No olvides que los caminos
también son oscuros,
pero eso no evitará
que conquistes tus triunfos.

Es hora de empezar
a bailar; así olvidarás
los problemas que
te han causado malestar.

Princesa, reina, clama al cielo
que ÉL te escucha, implora justicia
y obtendrás los resultados.

Las personas se las conoce
por su personalidad,
no por sus acciones
nunca olvides eso amada prohibida…

No me voy para siempre
sólo debo de viajar a mi realidad
para así mi imaginación
pueda usar su libertad
y por lo menos en aquel lugar
te pueda amar, hacerte feliz
demostrándote que conmigo
verdaderos frutos vas alcanzar.

Esto es solo el comienzo
de nuestro nuevo cuento…