Va por ustedes.

El tiene su lunita en los bolsillos
y lleva en su garganta las cadenas,
adorna sus dos manos el olvido,
figura que va llamando la tierra.

Encierra en la mirada lo sombrío
de un tiempo en el que el hambre fue la cena,
dormir la noche entera es solo un mito,
¡ay!, pena, que penita, pena... pena.

Los hijos de sus hijos son la vida,
la abuela de sus nietos una diosa,
que no le falte un plato y compañía

a quien cruce la suerte de su alfombra.
Su padre es un silencio en las noticias,
lo llaman, dice, "la Memoria Histórica".

Pido disculpas por las consonancias en mi trabajo, por algún dactílico furtivo, algún acento en quinta puñetero, alguna licencia caducada y por la simplicidad de mi lenguaje, a veces los sentimientos no tienen normas.