No me dejes a solas

No me dejes a solas con mi silencio.

Nunca;
Eso nunca.

Mi silencio no es mío ni es silencio,
Ni hay que dejarme sola con él,
Siempre esta conmigo, sin ser mío
Ni silencioso,
Pero nunca estoy sola;
En mi silencio estás tú,
Poseo un silencio que no me pertenece
Porque no te poseo a ti
-nunca lo hice, nunca busqué eso-
A pesar de que tú poseas cada milimétrico ruido que acompaña a mi no silencio,
A mi -sin ser mío- acaudalado vaivén de olvidos sin olvidar,
No olvidemos que el olvido no debería de existir, según Sabina,
Pero desde el día en el que olvidé que te olvidé,
Tu recuerdo se convirtió en ruido,
Que,
Hace de mi no silencio una continuidad inaguantable,
Simplemente porque todo lo que es mío, por consiguiente es tuyo,
Y al no ser mío tú-nunca quise poseerte-
Mío no quiero nada.