VOY A EXTRAÑAR MUCHAS COSAS

VOY A EXTRAÑAR MUCHAS COSAS

Voy a extrañar muchas cosas,
voy a extrañar la sensualidad de tu mirada,
y las mil maneras que tienes de enamorarme,
voy a extrañar el ser humano que me hubiese gustado ser,
las cosas que quise hacer contigo, y quedaron en el tintero.
Extrañaré aquellos lugares de mi alma,
lugares maravillosos, difíciles de imaginar,
dónde tu recuerdo vive entre mezclado con mis poemas.
Extrañaré las cosas simples y cotidianas, de todos los días,
esas mil maneras diferentes que tienes de seducirme,
aquellas cosas que pasan inadvertidas para los demás,
flotando en los cielos pintados de romanticismo…
Voy a extrañar, esa manera tan apasionada de creer y soñar,
la manera que tienes de mostrarme tu cariño,
no sabes, me traen loco, están allí, viven conmigo…

No sería poeta, si en las noches de luna llena, no escuchara tu voz…
¡No sería poeta, si en lo profundo de este amor, no estuviera contigo!

Voy a extrañar nuestro loco amor.
esos momentos a solas, pensando en ti,
sólo con tu recuerdo, en algún lugar de mi alma,
deslumbrándome con tu belleza,
esos momentos, cuando aprendí que cada beso puede ser distinto…
Voy a extrañar la manera de mirarnos, de tocarnos,
de encariñarnos, de abrazarnos y besarnos,
extrañaré todo lo que perdí:
el poder reír, el poder gozar, el poder llorar,
voy a extrañar tus manos, tus ojos, tus piernas, qué maravilla…
Extrañaré las flores del campo, los días de sol, de lluvia,
y desde mi ventana, mirar las verdes copas de los árboles,
extrañaré el agua salada del mar, el trinar de los pájaros,
los ladridos de los perros, el caminar, correr, jugar y sonreír,
el sentir hambre a tu lado, y cómo el agua aplaca mi sed…

Pero, vives en el perfume de una flor, en la memoria de una fantasía,
el perfume de una flor, me recuerdan el sabor de tus besos,
esa naturaleza encendida, ese incendio de pasiones…
Tambièn, quisiera tocar las estrellas que brillan con tu nombre,
y, besarte como besa el rocío, porque escondida estás
en algún rincón de mi corazón enamorado,
flotando entre el vapor y el recuerdo de un café humeante,
de aquella sensualidad que humedecen mis labios.
Sin embargo, a pesar de mi supuesta experiencia,
yo, que creía que conocía algo del arte del amor,
al besar tus labios… ¡no conozco nada!
No sería poeta, si no te dibujara bella, al natural,
buscándote en lo profundo de mi alma…
¡No sería poeta, si en mis sueños,
no pudiera gozar de la pasión de tus besos!