Adrogué
poema de Percival Cullen
He mirado la niebla densa,
asusta el frío
y se vuelve espectro un empedrado que de tan solo,
ha comenzado a transpirar el tiempo.
Aquella ciudad ruje en silencio su lejanía.
Salto, cierro los ojos y aprieto el alma;
solo tu voz es la excusa,
llegar a tu sueño,
el destino, amarte despacio,
muriendo un poco en cada brillo,
en cada sílaba,
en cada beso.
Comentarios & Opiniones
Felicitaciones me encantó. Saludos.