Sol
poema de Hedara
Era mi sol, mi fortuna y mi leyenda.
Era mi campo, mi aire y mi casa de retiro.
Y, aun así, sentía que me ahogaba.
No importaba que tantas pataletas hiciera, ni si ponía antorchas para tratar de respirar, yo sentía que me ahogaba; y el mundo se hundía, llevándome consigo.
Sentía que me ahogaba mientras tú estabas sereno, sentado en la orilla del desierto.
Comentarios & Opiniones
¡Caramba! Interesantes figuras.
Además hace imaginarme en esa orilla, porque así soy...Si alguna vez el exterior pueda estar en cataclismo...A SEGUIR VIVO PARA CONTARLO!
Buen saludo y no de suelte de sus letras.