Tu ausencia no tiene sinónimos en mi memoria

Te quise y hoy lo digo tan simple
que parece un imposible.
He nacido luego de muchas lunas
zozobrando bajo su candil amargo,
cortando mis venas con mis lágrimas de pena,
creyéndome muerta entre las paredes de mi demencia.
Hoy he vuelto al camino sin aguijones,
lozana, libre y el alma sosegada por las noches.
Viví entre el alcohol y la penuria,
entre el suicidio pasivo y el anatema de una sombra,
entre los días escupiendo angustias
y una decidía que no contaba con júbilos.
Batallé hasta romper mis razones de vida,
caer al fondo de la sepultura de un tiempo
sin fronteras, caminé descalza, abrumada
por los miedos, buscando refugiar mis ansían
y no halle otra cosa que murallas.
Aprendí alzar el vuelo en una playa desesperada,
con el sol que rasgaba mis alas y un cielo
que me cubría de la nada.
Llegué a la orilla del precipicio con la certeza
de lanzar los despojos de mi cuerpo,
solo sentía la necesidad de escapar de un edificio,
dejar en las calles mis últimos respiros,
Romper mis carnes y arrancar tu nombre,
una profecía de cuervos agónicos.
Maldije bajo el telón del mundo tus ojos,
marcaron los míos con el fuego de una pasión desatinada.
Tu ausencia no tiene sinónimos en mi memoria.
Te quise y hoy lo digo tan simple
al mirar el horizonte, mientras la calma me abriga
en su funda de armonía.
Prosigo mi andar vestida de olvido.
Una brisa roza mi rostro y hace que la vida
se me antoje más excelsa .