No Hay Destino

Morena, risueña de Esplendo mirar.
Suave y ligera al caminar
Triste de tanto amar
Y no encontrar a quien por las noches la mime al abrazar.

Las palabras del tiempo se mantienen inmersas en su deseo de triunfar,
su amor, ansioso y esperado por muchos,
alcanzados por pocos,
deseados por algunos,
imposible para nosotros.

En el brillar de sus ojos observa como en sus manos apacigua y acaricia su recuerdo, como el amarillo de las hojas al caer,
Su tierna mirada deslumbra sus huellas en el tiempo,
obligando a su corazón apagar ese fuego que lo mantiene con tanta pasión.

Ella,
inmersa en su alma,
pide que no plieguen los días,
que no se marchiten las horas,
que no rompan el silencio de su llegada,
y que en un simple beso se detenga el tiempo para morir por siempre entre los brazos de su amado.

Aquí, entre cada pausa anhelada,
pienso tu nombre y mi corazón se acelera,
¡estupida emoción que encarcela mi deseo de romper nuestro silencio mirando a sus ojos y partirle la boca de un beso!

Mujer, de amplia sonrisa,
sentémonos en la linde de tu magnitud y belleza,
Y conversemos,
que nuestros caminos nunca llegarán a crecer,
que te respiro en cada poro de mi piel,
que al mirarte mi corazón vive entre el Cielo y la Tierra,
que al preguntarme el porqué,
yo te diga "porque en el Cielo siento que soy un Soñador,
y en la Tierra piso fondo y asimilo que estoy contigo, viviendo ensueños de realidad".

Lloremos en sonrisas,
disfrutemos del momento,
mientras la noche cae al son del deseo,
vamos a ser por fin corona y espina,
vamos a ser por fin destino e ironía,
vamos a entender por fin,
que entre tu cuerpo y el mío,
no hay diferentes caminos,
que lo nuestro no fue suerte ni coincidencia,
que lo nuestro es un amor prohibido,
porque entre los dos,
Sabemos bien que,
.
.
.

No Hay Destino.

Aldo Vera.

*Dedicado a esa mujer de Ojos Color Café, Café de Antaño que enamoran.