Amor de Otoño

He pasado el verano,
en la Tumba de tus recuerdos,
y hemos compartido señales de Amor,
de Amor sincero,
duros de permanecer.

Ahora ya,
el Viento se rompe en sus mitades,
y empieza a desollar los grandes árboles marchitos,
atrincherando el manjar de sus hojas amarillas,
que se negaban a seguir la ruta de su destino.

Aquí, junto a nosotros,
crece un templo de ideales que redime,
los distintos niveles de añoranza,
La negación de la distancia se transforma
en un gran reloj de arena,
el cual está recubierto de fuego,
y de grandes flores marchitas de Primavera.

No es el dolor lo que marca tú ausencia,
sino las ondas de tú presencia,
que acuden cuando callas,
para romper el misterio de las manos sangradas,
de tanto escribir palabras encarceladas,
desde que tú partida ha hecho reaccionar,
a mi tonto corazón y mi arraigada alma.

Ahora las hojas se reflejan en mi memoria,
las cuales calculan su paso de silencio por el tiempo,
para entregar el fin de su cariño,
donde mueren todas las risas y los cuentos.

He aquí, donde proclamo,
que lo nuestro fue como un Amor de Otoño,
donde nadie más puede acudir más allá de la luz,
donde nadie es pensamiento,
donde nadie es deseo,
donde nadie es amor,
sino un sentimiento que lo proclame dueño,
desde tu pronta partida,
y de mi tardía reflexión,
de que Tu y Yo,
Nunca estaremos aquí,
en la misma habitación.

Aldo Vera.

*Dedicado a esa Mujer de Ojos Color Café, Café de Antaño que enamoran.