JUICIOS INFERNALES

poema de Sin Rostro

El juicio del falso arrepentido, se ejecutó con base en su confesión:
Ahí estaba siempre, compungido por sus pecados, pero con el deseo intenso de seguirlos cometiendo.
Se fue a la horca, le condenaron los puritanos, de esos que se golpean mucho el pecho, pero si pueden, te devoran vivo.
Llegó a tiempo, le esperaban en el infierno, mil azotes y un fuego intenso, imaginario, pero inmisericorde.
¡Oh, pecador impío, hijo del Altísimo!
Tu arrepentimiento es inversamente proporcional a los actos impuros que cometiste en vida.
Ya no hay para ti clemencia, solo juicios y señalamientos que te condenan.
Nadie podrá salvarte, (excepto uno...)