SU INSTINTO ANIMAL

SU INSTINTO ANIMAL.

Siento la necesidad escalofriante de adentrarme en el brumo de los bosques,
donde suelo concurrir, para en las más silenciosas y oscuras noches,
ver esa coloración naranja en su iris,
sus grandes y expresivos ojos negros,
escondiendo una atmósfera impresionante,
con el ingrediente principal "el misterio".

El contorno que delinea esos inescrutables ojos,
los guarda con tanto frenesí,
que es imposible ver detenidamente,
solo con miradas entre cruzadas,
distraídos y perdidos los ojos,
alcanzo a memorar su plumaje,
de un color desvaído con esa terminación alzada,
como si fueran orejas que escucharan y graban,
cada sonido que hiciere, voluntario e involuntario,
una versatilidad para moverse por la inmensidad de la arboleda,
de árbol en árbol, de rama en rama,
buscando una madriguera abandonada para reposar su extraña morada.

Aquella abreviada reseña, me recuerda a ella.
Con su tez pálida, ojos grandes, impasibles, negros,
con una pasividad activa, con un enigmático carácter,
una voz en silencio,
gritando a voces desgarradoras,
miles de pensamientos adjuntados con imágenes, sonidos y poesía.
En ella he encontrado esa conexión que contra todo pronóstico,
y, a todo nivel óptico hubiese podido encontrar.

¿Vivir de nuevo?

Sí, eso se siente, es el origen magnífico, ínfimo,
de una simbiosis de ideas y pensamientos sin rededor,
en las distancias más inquebrantables,
suicida, macabro o no, solo tatuaré en mis retinas, la filmación más majestuosa,
para que quede en la posteridad de mis pensamientos y remem-branzas.