INRI
Rasgaron tus carnes por la redención
Tu cuerpo santo quedo inerte
El dolor de los clavos de la crucifixión
Dieron gloria y pasión a tu muerte
Cargaste sobre tus hombros de moribundo
El sufrimiento de las almas atormentadas
Todo el horror, todo pecado de este mundo
Lo borraste con tu sangre inmaculada

Señor Jesús de Nazaret, rey de los judíos
En este mundo sórdido los hombres hacen lo que les place
Misericordia señor, igual para el impío
Pues muchos no saben lo que hacen
Calma sus efervescentes ímpetus
Pon tu mano: aplaca sus indómitos espíritus

Señor salva mi alma inmortal
Te la entrego con mis más preciados sueños
Resguárdala con tu poder elemental
Guárdala; “yo ya no soy su dueño.
Amén.

AUTOR: RODOLFO ZAMORA