De la calle al doblar una esquina
poema de Ricardo Antonio
De la calle al doblar una esquina,
por andar tal vez ambos de prisa,
chocamos ella y yo;
su pupila azul encontró la mía,
mi pupila negra encontró la suya,
y un instante entonces sus ojos miré.
Pasó rápido aquello, pues después
de eso, al no conocernos, cada uno
su camino siguió;
mas, ¡ay!, dejó en mí el recuerdo
de cuando en una tarde
en unos ojos… un cielo vi.