Mi cachorro

poema de Pretoriano

Era cachorro de noble raza,
Temblando y con la mirada
Triste,ida,
Cuando llego a mi casa,
Iba muy bien acompañado
Pues venía con sus infimas
Garrapatas.

No pasó mucho tiempo,
Cuando al llegar del trabajo
El estaba allí ya, esperando,
Guiado por su infalible olfato,
Y me recibía lengua fuera
Y moviendo su corto rabo.

Más un día, era tarde ya,
Terminando nuestro paseo diario,
Ocurrió algo inesperado,
Un frenazo,una rueda,
Un ladrido,una pena,
Una rueda,un necio,
Una lágrima de mi perro.

Ni mi pluma, ni yo perdonamos,
El agravio de esta ofensa,
Más ha de venir el día
De ajustar divinas cuentas.

Dejare pues,que la venganza
Sea de Dios honesta,
Y le imponga el castigo
Que más convenga,
Pues es mi pluma la
Que te va escribiendo
¡¡ Mal fin tengas!!