Escribo ciego con la mano rota
En mi ciudad amurallada
Hay notas, un par de viejas botas
Chaqueta gris y remendada.

Ando buscando esa piedra
Extraño ese tropezón
No me asusta, ni desmedra
Es tan amargo y dulzón.

Es tarde cambiar de piel
ser listo, evitar carnadas
La única manera de ser fiel
Es apegarse a la nada.

Aquí estuve yo, tal vez,
Donde terminan rieles
Ajeno a la sensatez
Bebía joven mieles.