A los catorce

poema de Mario Waits

Las niñas a los catorce
viven pesadillas más terribles que el acné.
Tienen una hermanastra que las tortura noche y día
y una horrible madre que les cambia la clave de Internet.
Toman cerveza como marineros
y dan el golpe bajo sospecha de difamación.
Se mandan mensajes encriptados por teléfono
que ni ellas a veces entienden
pero les causa gracia trastornar a los demás.

Las niñas a los catorce años
nunca quieren cumplir quince
y guardan para otro planeta sus mejores pasos de vals.
No les gustan las ecuaciones de segundo grado
y prefieren a clases faltar.

Las niñas a los catorce
caminan de puntillas
para no despertar al sangriento monstruo
que al menor descuido las pretende devorar.
Desconfían del espejo
y visten de luto previsoras
por si el abuelo se les llega a adelantar.

Persiguen mariposas multicolores
en vuelos amplios
que las hacen regresar a casa
más mareadas de lo normal.

Desafinan frente al karaoke
pero no pierden la menor oportunidad.
Son mujeres pequeñas,
grandes niñas
que leen todo lo que les prohíbe mamá.

Duermen de lado
con los tenis puestos
por si una emergencia
de casa a media noche
las manda a volar.

Ocultan sus sonrisas
con el ceño fruncido
para al buscabullas
poder impresionar.

Las niñas abrazan sus peluches a solas
y les cuentan secretos
tan antediluvianos
que difícilmente puedo repetir.

Miran de soslayo a los niños
con envidia
de que ellos no padezcan tanta adversidad.