Exilio

poema de Mario Waits

Eres razón vital tan meditada
En extendido ayuno
La llave de diamantes tan exacta
Para la puerta a un cuerpo sin fronteras
Eres la saciedad de los deseos
Eclipsados en ese tu manto transparente
La elevación del nimbus al monte Kalanjara
Donde llueven los sueños
Diseño de lunares fabricados
En mi espalda aturdida
Por tus lenguas de fuego
Mis huesos se transmutan en oro
Si tus brazos me tienen
El universo en tu regazo
Se comprende finito e inexacto
Irradias el amor de tu corazón tan puro
Hasta volverme ciego
En la balsa sin remos
En el río infrenable
Entre las rocas de la muerte
Para entonces guiarme con tus fragancias
A desembocar en el caudal de tu cuerpo
En ese puerto Paraíso
Donde la luz interna emerge
Como un fruto de tus labios
Me invade
Me trastoca
Hasta el ascesis mismo tan virtuoso.

Atravieso tu laberinto de serpientes
Al concluirlo caigo
En tu místico abismo
Entonces me hago dios
Tú te haces ninfa
Corres por los campos
Salvaje
Irrefrenable
Toda una larga noche
Ejecutas el baile más silvestre
Eres hombre y mujer
Soy dios y diosa
Cierro mi tercia de ojos
Puedo ahora verlo todo
Puedes ahora gozar cada respiro
Escuchas los sonidos del mundo
Comprendo el lenguaje de la nada
Entonces una cascada dulce
Con un musgo febril y revoltoso
Se escapa del centro de tu cosmos
¿Seré el desasosiego?
¿Acaso el manantial?
Soy el ardiente exilio
El anhelo hecho paz
En cánticos divinos de tu aliento.