El día que me mandaron a cantarle a Gardel

Acongojando ensueños,
oigo el silencio
de tu suspirar.
Como rie la vida
con causas perdidas
que no se portar.
Si es mío el desamparo
de rumbear destinos
solo por andar,
circulando en la via,
detrás de una utopía.

El día que las vacas
planeen en el cielo
y en el pais argentino
no haya inflación
al viento las campanas
se matarán de risa
y los oximorones
darán su aprobación.

La noche que me quieras
será una cosa seria
(por más que nos bañemos
el -No- ya lo tenemos)
y el día menos pensado
creará su calendario
y los husos horarios
girarán hacia el ser
querido.

El día menos pensado,
te invitaré a un trago
en un horario vago
sin una y sin dos
y un rayo misterioso
dirá a voz de trueno
ningún cielo es ajeno
a la par de los buenos
vientos.