Ojeando escrituras

En mi ùnica silla recorfortante,
me siento con un libro en mis manos,
y me invade la curiosidad del argumento,
y no peco de leer su pròlogo.
Entonces una a una miro con atenciòn sus letras,
me devoro de poco el mayor contenido,
siento hambre de conocer su total contenido,
dìria que me embriago en santa paz.
Muchas hoas dedico mi tiempo a la dulce rutina,
a meveces sin pensar mis ojos cansados y llorosos,
que tienen los libros que embrujan
y transportan al lugar menos conocido.
Leo versos de amor, historias tristes,
ensayos y cuentos para adultos, aunque me sienta niño,
sigo pescando escruitos en la ùnica silla,
que conoce mi manìa y soporta mi cansado cuerpo.
Asì pasan las horas, asi se extingue mi vida,
asi me grabo lo eterno de esta fuente.