Un manual para adorarla

¡Te lo ruego!

Por favor estimula todos y cada uno de sus sentidos:

Sus oídos...platicando con ella largo y tendido; háblale bonito, pausado, quedito, de lo que sea o cómo sea pero haz que recuerde sus grandes momentos: los buenos, los divertidos y también los malos para aderezar la platica. Sorpréndela de vez en cuándo con alguna vulgaridad que le derrita el cuerpo. Divaga con ella, divaga mucho y cuéntale con pasión y detalle toditos tus planes; hazle saber que también en ellos ella se encuentra. Pregúntale cuál es su canción favorita, ¿cuál para escuchar?, ¿cuál para bailar? o inclusive ¿cuál para llorar?; es más, dedícale alguna, cántale tierno y meloso una dulce balada o una pieza de rock que te salga del alma; hazla vibrar con tu voz rasposa y desafinada, total, no todos tenemos un maldito Freddie Mercury en la garganta. Léele, haz que te vuelva a escuchar de golpe y porrazo, si es poesía...mucho mejor; capta su atención y escríbele algo, recítale un verso, una frase o ya de jodido un puto mensaje (bendita tecnología). Levántale la voz, ¡Grítale!, pero solo para que ella se entere cuánto le quieres, cuánto la adoras o que tanto la amas; recuerda lo enorme que puede significar un pequeño detalle.

¡Tócala!, acaríciale todo; sus ganas, la panza, los poros, y aunque no sepas ni madres de dar un masaje...tu dile que sabes y dale en la madre bien rico a todita su piel; cualquiera se vuelve un experto en el cuerpo perfecto. Tómala de la mano mientras disfrutan de un buen café; los movimientos circulares de tu pulgar sobre el dorso de su mano siempre serán bienvenidos. Entrelaza tus dedos con los suyos, cruza tus piernas con las de ella y en la menor oportunidad sujétala de la cintura y por favor no la sueltes, es en serio, ¡Por favor nunca la sueltes!. Abrázala, abrázala mucho mientras caminan, mientras ríen o disfrutan de todo y cualquier tontería. Con la punta de tus dedos (lengua y labios estarían mucho mejor), traza una cartografía perfecta con todo su cuerpo; apóyate de su celulitis, curvas o montañas (y vaya que tiene un par descomunal)...magnifica sus relieves, crea un sinfín de constelaciones con cada uno de sus lunares y por si acaso, solo por si acaso...deja uno que otro beso bien plantado como simples coordenadas de las partes donde explota; las erógenas "están con madre" así que márcalas muy bien. Encarecidamente te suplico que su piel siempre la trates cómo un lienzo pa' inspirarte.

¡Bésala! y que el sabor de tus besos se mezcle chingon con su chulada de labios; haz que deguste todito de ti y permite que tenga en su boca el sabor de tenerte para ella y pa' siempre. Sé su mejor vino, el mejor añejado, deja que beba y se embriague de ti, de tu piel, de tu cuerpo, de tu sexo y por supuesto de ambos. Pregúntale cual es su platillo favorito, sus sabores predilectos, si le gusta lo salado, lo dulce, lo frío o lo caliente; pregúntale también si esta interesada en los postres, en los panes y cuántas de azúcar le pone al café. Si puedes...cocínale algo, sorpréndela con lo que sea, un plato gourmet, una pasta, un sándwich o quizás ¿por qué no?...unos míseros tacos. Permítele que tu lengua sea su mejor condimento y deja que agregue sazón a su vida devorando tu cuerpo; te aseguro que una rica mordida equivale a la más y mejor sublime caricia que jamás te hayan dado.

¡Aspírala!, captura cada partícula de su aliento y desquicia tus pulmones con su aroma; inhala sus palabras, sus muecas, sus sonrisas y cuánta cosa se geste a partir de su boca. Para beneplácito de su olfato...plántale un jardín completo de gardenias, azucenas y jazmines; y para enamorarla...regálale un bouquet lleno de besos y apapachos o cuánta madre deliciosa se te ocurra; el olfato muchas veces suele tener mejor memoria. Permítele ser la dueña del perfume de tu cuello, del olor de lo que comes, de la esencia con la que escribes, de la fragancia de tu vida y sobre todo del aroma de tu piel. Disfruta junto con ella del olor a tierra mojada, del olor a un buen tequila y fascínate y descubre las reacciones que ella tiene justo antes de beber. Caminen por el parque y sean esclavos del aroma de los árboles, de la hierba entre sus pies, del aire, de la gente y de ese bálsamo que existe desde siempre para ustedes; y por cierto y cómo un plus...también disfruten de aspirar brisa salada junto al mar.

Llénale sus benditos ojos con bellas artes, de todas las que más puedas, atáscale la pupila de arquitectura, de pintura, de escultura, de cine y hasta danza; con ésta última, hazle recordar una historia completamente remasterizada. De la nada, invítala a sentarse junto contigo sobre la banqueta o en alguna jardinera vieja y olvidada, siéntense a mirar cómo el viento seduce a su antojo el movimiento de los árboles, sus hojas y sus ramas; siéntense a ver el pasar de los años y procura que mientras lo hacen...sus ojos te indiquen que aún permaneces ahí, en su vida, en su corazón y con ella; debes creerme cuando te digo que el borde de una azotea también es un mirador perfecto con la compañía adecuada para atascarse de estrellas en una noche cualquiera; no es necesario esperar la ocasión ideal, la mejor es aquella que no se planea. Dile un "te adoro" sin palabras, obsérvala mirarte sin decirte nada y hazla carcajear al verte haciendo babosadas; vuelve a conquistarla cada día mostrándole a través de tus ojos tus libros predilectos, las pinturas que te asombran, el deporte que te gusta, tus pasiones, y con un chingo de ganas...nunca olvides reflejarle tus lugares favoritos y todo aquel que en esta vida aún te falte conocer; quizás y a ella le fascine esa ida de ir de viaje aunque sea con la mirada; no lo sé, deberías intentarlo.

Objetivo:

El amor, no solamente se fabrica en una cama con el sexo y las pasiones desbordadas; hacer el amor con ella es poder colarte bajo su piel, es tener entre su pecho un resguardo que solamente tu puedas ocupar, es tener la magia suficiente para hacerla sonreír y la elevada sutileza para hacerla hasta gemir; es quedarte bien tatuado entre sus ojos, ser su eco, su fuerza, el aire en sus pulmones y ser la dosis necesaria de serenidad que glorifique el sitio más jodido de su calma.

Recomendación:

Cuándo quieras mencionar que nunca nadie le hará el amor como tu, será porque has sido capaz de tomar su corazón entre tus manos, decirle un "Te amo" solamente con la mirada, escuchar las cosas que nunca dice, probado la felicidad de su sonrisa y el querer de sus labios, inhalado el dulce aroma de sus deseos y olfateado sus miedos e inseguridades, masturbado sus ideas, apapachado sus ganas y por fin tocado, acariciado y abrazado su bendita alma.

Aquí lo tienes...

"Un manual para adorarla"