El precio de la sombra.

Danzaba ya, entre los arboles de tu bosque casi muerto.
No quedaban mas ataduras, ni promesas incumplibles.
Me deshacía en cada tropiezo onírico, de los cuales cuatro de cinco
mi alma de poeta era culpable.

Siempre tuvo esa desafortunada característica,
mi incomprendida anima.
Tan sola, tan necesitada,
ronroneando cual gato siendo acariciado
sin que nadie siquiera se le acerque.

Pienso...
Me asomo de nuevo,
entre cada árbol de tu bosque ya casi muerto
y me asombro de la idiotez de mi sombra,
de la idiotez que destila mi mismísima sombra.
Tan fiel a mi toda mi vida,
la única que jamas me abandono.
Es ese el precio de ser siempre fiel?
Es ese el precio de la sombra?
Seguir a alguien, serle fiel toda tu vida,
y que solo te recuerde de manera despectiva,
cuando accidentalmente mira hacia atrás o hacia abajo.

Y te ve parado allí,
tan fiel, tan tonto.
Débil sombra,
pisadora de huellas.

Caminante del vació.

He de dejarte aquí para siempre,
para que puedas ser libre
o para que te afiances a alguien que lo aprecie de verdad.

Hoy de tejo aquí mi querida sombra,
en tu bosque ya casi muerto.

Y a partir de hoy, puedo decir que soy el hombre mas solitario del mundo,
quien no tiene ni la compaña de sus propios latidos.
A partir de hoy soy el único que sabe, cual es...
El precio de la sombra.