Cerezo

poema de Galan

Tengo un cerezo en mis manos,
y esta vez no es un
recurso poético.

Un cerezo naciendo en marzo
y un invierno llorando,
por su predecible fracaso,
vi la rama en el suelo
y sentí lástima
de unas flores marchitas.

Todavía huelen, seguiré esnifando
hasta que su último
hálito me recuerde
a un llanto crudo y sórdido.

La rama esta rota,
las flores agonizando,
su olor volando,
pero la poesía sigue viva.

Llevo medio poema
intentando desnudar
el color que embellece,
a un trozo de árbol muerto.

Seguiré el otro medio poema,
intentando averiguar porque
tengo flores en mi casa,
no me importaría acostumbrarme.

La vida y la muerte en mi puño,
parezco un sádico acobardado,
que solo se ilusiona pensando
que una flor puede paliar mi sed.

Me viene a la cabeza Baudelaire
y así creo comprender
las 42 flores el mal,
debería haber más poemas a flores
y menos a musas de bares.

Las flores me recuerdan a casa,
a mi jardín,
a las rosas bañando la entrada,
a la piscina llena de pétalos,
a las salamandras escondidas y protegiendo,
y ahora echo de menos a mi madre.

Mañana seguramente tiraré la rama,
pero por suerte de ese árbol,
será rescatado en un poema
que no hace honor a su belleza.

Comentarios & Opiniones

Hector Canelo

No es menor tu pena Pando, un cerezo es un emblema a la magnificencia de la naturaleza, venerada en Japón y amada por belleza y fruto. Tenerla moribunda nos hace vernos a nosotros mismos y encontrarnos. Bello poema, un abrazo desde Chile.

Critica: