Algo casual

poema de Dreamer girl

Cada vez que piso ese lugar subterráneo, no puedo evitar que llegue a mi memoria aquellos ojos grises de antaño.
“Algo casual”, muchos dirán. Aquellos testigos, incluso se reirán.
Pero es que aquel encuentro fortuito marcó un antes y un después.
Yo, una chica tímida con unos lentes de marco negro.
Él, con su camisa abierta y su sonrisa socarrona.
La sensación de equilibrio perfecto, con sus labios en mi frente, a ratos en mi cuello.
“Algo casual”, dirán los testigos. No más que una noche, porque él era brillante y ella pertenecía a las sombras.
Nadie jamás dudaría que ella fue un momento y a la vez nadie sospecharía que para ella fue una subida directa al cielo.
Porque luego de aquel encuentro creí posible que un chico como él, tomara la mano de alguien como yo.
Fue un golpe de adrenalina a mi autoestima. Él, con su aire de monumento, abrazado a mi cuello. La cumbia añeja, el vaso compartido.
Pero a la vez que me subió al cielo y le dio fuerza a mis cimientos temblorosos, me dio una de las peores lecciones.
Porque los testigos lo saben. Todos supieron cómo perdí en una guerra silente. Ella y yo, la pelea tras bambalinas por el chico brillante de camisa abierta y ojos grises.
Porque yo me quedé esperándolo en las gradas y ellas se puso su máscara de chica número uno, corriendo a su encuentro. Segura de sí misma, jamás se puso el nombre de “algo casual”.
Los testigos vieron lo mismo que yo, una chica que se creía tan brillante, que incluso podía alcanzarlo a él, tomarlo de la mano y hacerlo creer que ella era el premio.
Si tan solo aquel chico hubiera bailado con mi versión actual.
Porque mi versión actual no habría perdido la pelea. No habría dado un paso al costado, dejándole la pista libre.
Habría sido yo, habríamos sido nosotros.
Y no hay vez en que pise este subterráneo sin que me arrepienta de haberme rendido tan rápido. Por haberme visto como “algo casual”, al igual que todos los testigos. Cuando ella también lo fue, pero jamás se dio por aludida. Porque ella nunca sería eso, si ella era el premio, ¿acaso no lo ven?
Maldición, ¿que acaso esa sonrisa no era para mí?

Comentarios & Opiniones

El Duque De La Rosa Blanca

Muy hermoso.
Le encuentro un enorme gusto a este escrito tuyo, una hábil mano y pluma.
Saludos cordiales y muchas bendiciones para ti y tu familia!!!

Critica: 

Comenta & Vota