A UN FIEL ESCUDERO

Quiso la fortuna tan ambigua,
Que nuestro gran hidalgo de los de lanza
En astillero, adarga antigua…
Elija de escudero a Sancho Panza.

Este humilde labrador, vecino suyo,
Quebrando todo hábito, toda usanza,
Tras la promesa de un futuro orgullo,
Emprendió aquel día tal mudanza.

Con alforjas y con bota en su jumento
Y con muy poca sal en la mollera,
Abandonó sin vacilar, mujer e hijos.

Qué fue lo que pensó en ese momento.
Qué quiso al fin decir y nunca dijo,
Que ni el propio Cervantes comprendiera.