SERÉ CENIZA

Roma, Cartago y el río Metauro,
Fueron tres signos fatalmente unidos.
No importa el triste nombre del vencido.
Tampoco quién ha merecido el lauro.

El Tiempo, que doblega los aceros,
Nos salva de ser fieles o heresiarcas.
Quién ha sido Nerón o Asdrúbal Barca.
Y quiénes sus anónimos guerreros.

Lo supo la memoria ya imprecisa
De un no menos caótico universo.
Atrás quedó la codiciada Hispania,

Atrás la gloria, atrás la gran hazaña
Que hoy es merecedora de este verso.
Mañana yo también... seré ceniza.