Elogio al sufrimiento

Le he dedicado tiempo a la depresión,
un amargo rato a ella con un poco de alcohol y pensamientos que van de aqui para allá.
Estoy enojada con ese sentir, es ausente y no está dispuesto a negociar en el momento en que aparece.
Soledad, bendita soledad
y impaciente que recorre las venas del sufrimiento de todos la vez enterrandose en la espina dorsal sin dar lugar para el suspiro, dolor valiente que se ha implantado en mí sin la más mínima necesidad de salir.

Maldito vicio de sentirse atormentado en los días donde la esperanza camina incesante alrededor de cada dolor, perpetuo dolor.
Tormenta de diciembre
sol incesante de días quebrantables