Cuando llegue la hora.

Nuevamente estoy sentado en el escritorio
Mucho tiempo ha pasado desde la ultima vez
Que sentado me puse en tono respiratorio
Pues apenas retomo el tiempo careciente de vivez.

Quiero hablar sobre como sería morir
Y no exagero pues soy perfecto en vivir
¿Realmente vives cuando existes?
No será que vives cuando mueres.

Líneas mas y líneas menos, como si formáramos libretos
Va con pausas y comillas cada pagina que escribimos
Todos comenzamos y todos acabamos, eso es cierto
Cada párrafo y renglón, en las hojas de este cuento.

Muchas veces lo he pensado, muchas veces me lo he cuestionado
Tantas noches de desvelo con la fuerza de un tornado
El morir es inminente pues la vida no es permanente
Solo el tiempo es eterno, basto como esquinas de mi mente.

Cuando muera mis órganos dejaran de funcionar
Mi cabeza y mi pecho, dejaran de palpitar
Mis sentidos dejaran poco a poco de sentir
Mi corazón en algún momento dejara de latir.

Anotaran la hora de mi muerte con mi nombre y algún cello
Preparando mi cadáver, ajustándome la ropa hasta el cuello
Quizá algún traje elegantioso, que use en alguna fiesta
Dentro de una caja estaré, maquillado como artista.

Mis cosas no vendrán conmigo porque el lugar es reducido
Aun así no podre usar nada porque todo el tiempo estaré dormido
Mis objetos materiales serán de otros individuos
Desechados, repartidos, algunas cosas para mis seres queridos.

Familia, pareja, amigos, desconocidos, todos juntos en armonía
Que si algunos lloraran quizá otros sentirán alegría
No podre verlos y alentarlos pero vivan, aprendan de los duelos
Con sollozos o con risas despidiéndose antes de irme a los suelos.

Abajo no habrá sabor, color, olor, rumor, ni dolor
Enojo, tristeza, alegría desagrado, miedo sorpresa y amor
No habrá arte como besos, música, poesía y alcohol
O quizá si, una mansión con jazz, blues y rocanrol.

Me voy despidiendo porque es hora de irme de aquí
Vivan contentos, vivan feliz, el tiempo es maestro
Tienen latidos, sentidos, emociones, no son un maniquí
Hasta pronto y que Dios resguarde nuestro encuentro.