Epístola de la muerte

Que larga es la pena Dios! que amplia es tan triste nuestro paso por el mundo por las calles sucias y vacías de la ciudad entre espadas oxidadas y pistolas de agua es tan dura la verdad del hombre que conviene la ignorancia cuando las gotas del cielo bajan las muertes también crecen en mi país llamado tierra.
Brisas cuerpos moribundos ojos turbios densas almas oscurecidas por ser buenas peluches tiernos que cobran vida los demonios románticos deambulan besándose en las plazas y ángeles turbados procrean entre vicios y homicidios flores muertas que conservan el perfume amable de la juventud antes de la muerte que cruda es la verdad madre! Por que has traído la pena a este mundo en un cuerpo de huesos tibios y ojos desolados por que!Dios sobrevienen las catástrofes del ser a una mente tan infame que una vez fue pulcra y santa a que hora y cuando fue la forjadura de un ser negro y bello ala vez entre experiencias viejas y conceptos humanos, buitres prudentes y barcos mohosos entre derivaciones de Dios y satán envueltos, nunca resueltos inconformes por naturaleza animales con silabas, que ante el mayor peligro olvidan la cordura que nos diferencia ,no hay mas es cruda la verdad en noches que no dan tregua y la fatiga de un alma sola se deja entrever ,mientras caminan mis pies por el camino pedregoso hacia la muerte...