Canto al Niño Miquel.

Hable, Miquel, con el niño aún fugitivo de espectros nocturnos...

Dígale así: - No existen monstruos, pequeñito mío.
Son invención fraguada por la impotencia torpe de seres buenos
mas, de sueños, asesinos

...aquellos que no saben convencer al universo de portarse bién
sin discernir que el universo sólo devuelve espejo en escrutinio.

Hable, Miquel, con su niño interior.

Dígale así: - No hay monstruos, chamaquito lindo.

Son invención y tumba de esencias esclavas
incapaces de saber ganar CON LA TERNURA
al corazón sincero de un buen niño.

*

Aún puedo mirar a ese pequeño
asustado mirando a las paredes
con sus monstruos internos y aguardando
que lo dejen volar...que ya esos cesen...

Y le digo: - Miquel, niño crecido,
háblale con ternura a ese chiquillo;
dilo que hay horizonte que le aguarda
a él y a su pincel, sin monstruos vivos.