Bajó el sol a tus pies

poema de kormoran

Bajó el sol a tus pies.
Pues tú brillabas más que él.
Subió la luna y te coronó.
Me sonreiste y me hiciste rey.

Me tocaste y me volví devoto tuyo.
Me besaste y me convertí en tu esclavo.
Me hablaste por primera vez.
Y ya solo hubo una voz.

Pronunciaste mi nombre.
Y me sentí encontrado.

Y me deje llevar.
Dejé de recordar.
Dejé de perder.
Dejé mi yo.

Perdí mi soledad.

Para encontrar las llaves que me diste.
No cerrarían ninguna puerta.
Las utilice una sola vez.
Para abrir tu corazón.

Cogí tu mano y sentí magia.
Descubrias de tu chistera.
Un nuevo mundo para mí.

Desee que el truco fuese eterno.
Que tu mirada me hechizase.
Aún cuando no te tuviese delante.

Que tus mimos fuesen el mejor.
recuerdo de cada día.
Y las noches la misma canción.
Qué entonariamos los dos.

Surcariamos mares de complicidad.
Deteniendonos en puertos de alegría.
Llegando a un nuevo continente.
Qué no aparece en los mapas.

Acompañados por estrellas nunca nombradas.
Avistariamos más allá del horizonte.
Todo lo que hoy es presente.

Olas de dulzura, mares de felicidad.
Contagiados por la tranquilidad.
Un timón con un único rumbo.
Una proa abriéndose paso en el cielo.
Y una popa abandonando el suelo.

No quiero volver a ser un cruce de manos
Qué nunca realizaste.
El conejo que nunca salió de tu sombrero.
Pues magia es todo lo que siempre me das.
Mueve tu varita una vez más.
Y seré tu jardín florecido incluso en enero.