Llamada por teléfono a mi mujer después de perder un posible empleo

poema de Alastor

Así es, la cooperación es un bien necesario aún por comprender, no somos nadie para tratar el tema. Pero desde luego es una
virtud demasiado relativa y limitada. Desde luego comprenderás que ELLOS mantienen una posición no muy equilibrada en el
asunto; lo digo porque la despedida la tenían mejor meditada que la recepción, "con gente como usted la competitividad jamás
podrá dar un paso atrás. Nuestra economía y desarrollo estarían cómodamente garantizados si acostumbrásemos a tan buenos
perdedores". Joder; no fue con esas palabras pero me las chivó el loro mientras robaba los colores a la sucia ventana para
suavizar el tedio deslizante de la DEPENDENCIA, agobiante por la energía eléctrica y el olor a café rancio y a cigarrillos de
frutas del bosque.

"Hay demasiada gente". Eso si lo escuché textualmente. No importa como lo aliñase. Cuando escucho a alguien decir esas
palabras me ha tocado en mi cárcel darle vueltas a la cabeza, por eso te tengo que llamar en estos casos; si, vueltas,
adquiriendo mi mente una forma para conectar con la idea así como una fórmula comparativa entre dos polos al azar rondando
por los pasillos de nuestra casa cuyos nombres digamos son: Hitler y Cortázar.

No puedes negarme que son muy parecidos. Las diferencias entre ambos, aquello que a cada uno lo hizo dictar, son las mismas
nimiedades que las que existen entre quien se llevó el trabajo y yo, entre la santísima concha que vio nacer a la
excelentísima infanta Elena, en paz descanse desde el 20 de Noviembre de 2014, y la que vio nacer a mi bisabuela de 90 años
que sobrevivió a una guerra, una postguerra, al hambre, al exceso de vitamina C, a Manolo Escobar, en paz descanse (((ya
quedan menos))) y al twitter, que cerraron como podrás recordar hace unos meses porque el PAPA dijo desde un twitt oficial y
desde la cama de matrimonio de su estancia en el vaticano que era gay, y Rouco Varela y Charlton Heston lo retwittearon. No
se, supongo que lo cerraría el mismo que mató a Lennon. Se leyó un libro y le dio por matar personas, pensó que éramos
demasiados y tuvo motivos para equilibrar la biodiversidad del charco.

Ya sabes como soy, lo siento, veo igual de simple y complejo hundir fiscalmente todo un país que inundar un hormiguero con
la manguera del jardín del vecino y cabrear tanto a las hormigas como para entrar en la casa del vecino y comerse todas sus
reservas de comida y hasta el fuego de la chimenea para arder y no dejar pruebas. Claro está que tanta hormiga no es capaz de ponerse de acuerdo en todo. Y cuando le llueve tal vileza cada una piensa (tan solo) en si misma por lo que todas piensan en lo mismo. En comer. Y cuando ya se han saciado y han olvidado que no tienen casa... piensan en sus antepasados, lo felices
que son sin tener que llenar su estómago, siendo tan respetados como para no sentir en su lecho ni una hoja de higuera
impactando en tal inmovilidad. Toda la maldita eternidad sin nadie capaz de molestarlos. Fácilmente envidiable, ¿no crees?

Porque hay mucha gente y lo sabes... No, no en el Gobi. Pero seamos realistas, que a todos nos da morbo serlo y aquí nadie
esconde nada. ¿Es normal que quiera matar a alguien? ¡Cuidado! No estoy cuestionándome si deseo matar a alguien... Solo que
si hay mucha gente supongo que será normal desear la muerte de alguien. ¿Con cuantos años le harías esa pregunta a un niño?
Me refiero a cuestionársela tal y como yo intento cuestionártela, siendo realistas. Porque a mí jamás se me pasaría por la
cabeza asesinar a quien han elegido para el puesto; para decepción de mi bolsillo, o de mi respeto, mi integridad. ¿Pero si
ese mismo me quitase la mujer? Bueno, hay tantas y tantos que es normal que uno no sienta deseos de asesinarlo porque es
realista pensar que mi mujer nunca sabrá si me ama ciertamente, o si se equivoca yéndose con el triunfador. Siendo realistas
sería un fracasado... Solo bromeo, pues aun volcando toda la bolsa de pipas en la mesa seguiría siendo tantísimamente YO
mismo que siendo realistas no debería importarme. ¿Entonces no debería importarme absolutamente nada, siendo realistas? Creo
que esos ejemplos son socialmente tan grandes aunque a veces no lo creamos, repercuten en tantísimas vidas, que se encuentran encadenadas como las raíces de un gran bosque de secuoyas donde si alguna es infectada por un virus altamente mortal habría
overbooking de crisantemos en el espacio que vayan a dejar vacío.

Así es, no demuestra esa gente que la vida sea tan importante, o que sea importante preservar la vida ajena. Oye, oye, que
ellos te tratan muy bien de vez en cuando, no hay que perder la esperanza, pero si de verdad les importa la vida de una
persona anónima en un mundo en el que "Hay demasiada gente" la cosas deberían estar diseñadas para que uno pueda encontrar un trabajo. Siempre y cuando esté en lo cierto pensando que su filosofía supone el trabajo como la base de toda vida digna. Algo de lo que se ha escrito de mil maneras hasta la saciedad. Parece que ya estamos demasiado saciados... Nos saciamos pronto últimamente, cualquier vicio nos vale.

Pero oye, que el pesimismo ya se me fue escaleras abajo, cuando salí a la calle prendí el mismo cigarro de siempre. Si
tantísima gente hay como dicen, alguien habrá sin lugar a dudas, como para pretender de mis virtudes, aunque sean en esencia
las mismas que las de todos. Todos conservamos una bolsita de suerte, solo que a veces la olvidamos en cualquier bolsillo del pantalón y ese pantalón puede no encontrarse entre tanta prisa y tanto azar. Cuando Hitler fue su primer día a clase siendo
un cachorro, digamos que quiso el oráculo de Delfos que llegase el primero a clase, que fuese capaz de elegir de entre todos
aquel sitio que más desease, siendo todos absolutamente iguales. La única diferencia, que no por ello los hace diferentes, es que su sitio tenía las mejores vistas por la ventana-aunque solo se viesen esqueletos de edificios en construcción-, tenía la merienda de las 4 mas cerca por lo que la ansiaba mas y si giraba 180 grados la cabeza podía ver las verdes braguitas de
Brunilda. Cortázar llegó el último y nadie se quiso sentar junto a la pequeña biblioteca en un pupitre todo repintado con
corazoncitos y frasecitas de elocuente amor e inocencia. Si de verdad esas diferencias entre Cortázar y Hitler fuesen
determinantes podría decirte que en sus respectivas clases eran aquellos que solo veían, ni mas ni menos, la cara de la
maestra Krimilda, por lo que su posición a pesar de la distancia es peligrosamente similar. Cortázar se jodería la visión un
poco y la difuminada cara de la maestra se convertía en vete tu a saber que cara. Y bueno, que a diferencia de Hitler él
observaba las partes traseras de toda la clase, y sus rostros quedaban expuestos a su curiosidad cuando echaban la vista
atrás. Excepto la de Hitler, que por ser el primero, no podía permitirse mirar atrás-DIOS sabrá el por qué-. Finalmente ambos consiguieron buenas calificaciones y sus padres les aplaudirían con la misma satisfacción en esencia.

Hoy hay demasiados Hitler y demasiados Cortázar. Supongo que sería eso lo que las palabras del entrevistador quisieron
decirme. Si, ya se que me gusto a veces demasiado al poner ejemplos, pero tu siempre me entiendes, no voy demasiado lejos con lo que quiero advertirte. Supongo que el acento o la altura de aquel que ahora posee ese puesto de trabajo era más apta para
el mismo que la mía. Según el entrevistador claro.

Quizá mi sitio no esté en una fábrica de munición con tanta proyección. Tal vez sea demasiado conservador... a mi modo.

Quizá en puesto de estar hablando ahora contigo debería estar partiéndome la columna buscando otra oportunidad laboral.

En fin, aunque haya tantísima gente como para poder dejar que el morbo se apodere de mi para bien o para mal a la hora de
competir con personas anónimas como yo, he de ser humilde y tomar conciencia de mi posición en el cosmos... no demasiada,
pero algo de conciencia de mi mismo necesito. No quiero ser como esos que van dando tumbos sin saber para lo que valen en
este juego. Al fin y al cabo puede resultar divertido el jugar y a veces no hay otra cosa que hacer.

Pasaré por la tienda de olvidos y pillaré algo liviano para empezar mañana de cero a buscar una salida, a ver si mientras lo
tomo comprendo de donde quiero salir y a donde quiero entrar. Lo importante es que estés a mi lado para recordarme que aún
soy capaz de ser inmortal, o para recordarme que me encanta que aparezcas en mis sueños, despertar a las 5 de la mañana y
verte encima mío como si fuese una pluma inmóvil en el mismo ojo de un huracán. ¿Comprendes por qué al fin y al cabo todos
somos iguales cuando lloramos tan sinceramente como un orgasmo bajo un agua donde sí se puede respirar, ser un mamífero y
demostrarlo de forma práctica y original...? Al cuerno con las demás personas, ya estoy en casa, no necesito seguir hablando
contigo mediante la frialdad de un teléfono móvil. De hecho lo único que hacía era hablar conmigo mismo, no te asustes mujer, ni te cachondees de mi, que ya estamos frente a frente.

Comentarios & Opiniones

Yan

Bravo mi querido Alastor, maravilloso, muy interesante. Me encantó. Besos.

Critica: 
geniodulce2013

Apreciado Alastor interesantes tus versos creativos una narrativa explicita, la rabia en tu corazon tanto dolor en tu pueblo el sufrimiento del pueblo español y lascomparaciones de gobernantes que han masacrado masas solo resta seguir la rabia nocam

Critica: 
Joelfortunato

Amplio escrito con una temática de base oscilante, medido en su expresividad, con elementos morfológicos de especial destreza discursiva. Importantes núcleos cognitivo-emotivos de múltiples motivos para ser meditados largamente. Un gusto leerlo.

Critica: