Carta bomba

"La vida sin ti acabará por ser
amargo veneno en vientre maldito.
Estaré ese día donde me pediste,
ya rechacé a Dios por tu calor,
Habré de despedirme de mi cruel
familia por conservar mi realidad
y vivir lejos del fantasma que no eres.
Te amo, no merece la pena volverme
loca. Te amo, y mi tiempo no vale nada
sin una vela capaz de quemarlo
para conservar tu aroma en mi recuerdo.
Tales fueron tus nobles palabras
amor mío. Aguardo ansiosa la hora
de vernos zarpar hacia nuestro
nuevo y verdadero hogar.
Estoy encinta... Julia."

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Yo tenía 23 años. Ahora tengo 46
y mi vida se desmorona con la rapidez
con la que quemé todas sus cartas
cuando meses atrás me rechazó
fría e inaccesible como un lago
aletargando con vehemencia
la vida durante el invierno.
Esto no puede estar sucediendo...

"Eres la cura para el monstruo
esperando el momento de materializarse
en mi carne. Igual de no correspondido
me siento de ti que de tal condena,
pero cada hombre es libre
como para decidir la guerra
donde formar parte, aunque el fin
sea siempre el mismo. Esto lo escribo,
con el reprochable acento a despedida
coloreado ya desde aquel día,
cuando fuiste capaz de llorarme
la separación, cuando la lluvia
en mi rostro salaba mis emociones
ya por siempre presas, presas,
como mi corazón tras mi pecho.
Vuelve a no tener nada ningún sentido...
Vuelvo a buscar la esperanza
en la muerte lenta del tabaco,
vuelvo a emborracharme hasta desfallecer
para no sentir nauseabundos deseos de otra mujer,
no puedo manchar mi amor aun sabiendo
que tendré que partir lejos,
pues prefiero vivir preso de no tenerte,
vivir con tu rostro castigando mi alma
a dejarme ir a años luz de esta corta
primavera donde temprano empiezan
a desaparecer las verdes hojas
y el aroma de las flores para desvelarme
amarga verdad. Éstas serán las últimas
palabras que te escriba a ti directamente.
¿Por qué me mentiste?
¿Por qué me has sido tan cruel?
¿Acaso has dejado de escuchar a tu corazón?
¿Es cierto que hasta entonces no lo has escuchado?
¿Eres tú, Julia?
...Mi tiempo no vale nada
sin una vela capaz de quemarlo
para conservar tu aroma en mi recuerdo...
Estaré esperándote con dos pasajes
en el lugar que nos corresponde.
Desde la mañana hasta la noche,
hasta que el barco leve anclas
y se descubra en la espuma
nuestra mortal distancia."

¡Maldita sea! Esto no puede estar pasando.
"Su carta se extravió señor."
la guerra paralizó tal cual
los sentimientos de las personas.
"Mediante una plataforma humanitaria
hemos emprendido la labor de devolverle
a sus destinatarios lo que les pertenece."
¿De verdad me estás diciendo que esto
es lo que me pertenece? ¿Humanitaria?
"La vida sin ti no tiene sentido..."
Como el borracho que tras largos años
de dulce veneno vuelve a recuperar
sus sentimientos, y entones...
todo aquel amor que no para de moverse,
así como la transparencia del agua,
ya se ha perdido, no va a volver igual...
Los colores del miedo...
¡Ya se ha perdido para siempre!

Supongo que lo estarás pensando,
pues yo ese día no partí...
¡Dios mío! ¡Cambié los billetes
por un trago el día anterior!
¡Tuve miedo a partir sin ti
amor mío espero que puedas perdonarme
estés donde estés!
Pero la semilla fecundó,
el sentimiento prevalece
aun cuando estás convencido
de haberlo dejado ir.
No importa haberte extirpado los ojos,
el sentimiento late, late y late,
le perteneces, y tarde o temprano
acaece de forma caprichosa,
deviene dolorosamente como una puñalada
y por más que lo desees ya no puedes sangrar,
ya estabas desangrado, y ahora
tampoco puedes fingir morir en paz.

¿Fue ella quien partió?
¿Se despojó en demasía,
así como para arrebatarse
a sí misma toda esperanza
deshilvanándola hasta
dejarme sin oxígeno,
congelado en ningún sitio...?

Parece que no merecemos nuestro sentimiento,
de ninguna manera,
pues estamos condenadamente encadenados a él
¡vil amargo veneno lento..!

Al destino indescifrable se le antoja
destruirnos, rematarnos,
cuando creíamos que la desdicha era algo
igualmente noble como...
¡Maldito carroñero deseante de nuestro cuerpo
vivo o inerte..!
Me ata, despiadado me paraliza,
para luego mostrarme el camino,
en mi recuerdo, pero ahora,
hay todo un océano de insensatez
el cual no merece la pena cruzar...
No existe venganza alguna...
No existes... No existo...
No importamos nada,
para la VIDA nosotros dos
ya nos lo dijimos todo...