MIL AVENTURAS

Aquella mañana fría de otoño,
fui Jack el destripador y Enrique VIII,
fui Robín Hood, D”Artagnan y Sherlock Holmes
a veces, un pintor famoso, un lobo estepario, un misionero,
un jugador, un mujeriego vividor y un estafador,
disfruté de ocurrencias, de episodios acertados,
gocé, baile y trasnoché, me divertí a rabiar,
hasta fui un presidente famoso…
Amé y me amaron, perdí y gané, lloré, fui feliz,
viví de amores y de ilusiones perdidas,
viví de todas las formas y maneras posibles…
Fui un idealista, un falsificador, un corsario malhechor,
un esclavo poeta y un libertador,
fui un comerciante usurero y un soñador,
fui Francisco Pizarro, Napoleón y Santa Claus,
fui perseguido, excomulgado y sentenciado,
pasé prisión y mil aventuras…

Fui un traficante, un imperialista, un vago comunista,
un periodista, un seductor y un conquistador,
fui Calígula, Nerón y Cicerón.
También, un monje budista, un inversionista,
un político y un ilustre anfitrión,
un contrabandista y un afamado escritor.
Fui un emprendedor y un cornudo enamorado,
fui Quiñones, Bolognesi, Cáceres y Miguel Grau,
pase pobrezas y riquezas, penurias y momentos felices,
pelee en batallas, guerras y situaciones difíciles,
pero, siempre el más valiente y el más aclamado.
el más osado, el más temido y el más admirado.
Fui muchas cosas, viví muchas vidas a la vez,
crucé desiertos y enmarañadas junglas,
navegué por océanos, y mil travesías.
¡Dios sabe de mi esfuerzo,
de mi tesón por conquistarte!

Cruce ríos, mares, villorrios,
profundos abismos y grandes ciudades,
escalé altas montañas, quebradas y valles,
viaje en mula por la puna andina,
por pampas, llanuras y nieves perpetuas.
Anduve por Egipto, la India y extraños lugares
y supe que tanto esfuerzo por pequeño que este sea,
su valor reside en el inmenso
desprendimiento de su entrega…
¡Aquella mañana de otoño en los cielos de Lima,
mis sueños se echaron a volar!