¿Quién soy?

Tendría que empezar por explicarte que,
en ocasiones por mi ventana el sol se niega a salir.
Que se pasa las noches inmerso entre copas,
y cuando le toca brillar,
el mundo se le viene encima.

Tendría que decirte que no sé jugar,
pero, que me juego la vida si es por ti,
aunque no me creas…

Tendría que decirte, cielo.
Que, quizás no es mentira eso de que estoy perdida,
eso de que tengo una colección de huellas bajo la almohada,
provenientes claro, de pasos que nunca debí haber dado.

Que de causa perdida, tengo mucho.
Que me inspira la tristeza, porque me hace sentir viva.
Que la felicidad me abruma y en ocasiones me hace sentir perdida.
Es que por ratos le da, por pasarse por mi tierra,
vanidosa e imperiosa, para hacerme recordar,
que existe pero que yo, no la merezco.

Tendría que contarte que siempre he sido mía,
que mis huesos se oxidan de a poco,
y mi sangre se confunde con las vías de un tren que me lleva lejos.

Pero, también... que te amo desde el caos hasta el corazón,
que adoro bailar mientras la luna me besa las heridas,
y que soy inocente mientras mi mente a ratos se marchita.

Es necesario que sepas que,
a veces no sé quién soy,
y otras en vez, me da por contarle al mundo de mis fracasos,
de mis desventuras y de mis sueños.
De las mirada que retraté y que nunca más volví a ver.

Y entérate, cielo.
En ocasiones me vuelvo muy quisquillosa,
me escondo bajo las sabanas y me cuesta incluso,
dejar entrar el aire que respiro,
aunque lo necesite, aunque sin él me asfixie.

Así soy a veces, absoluta, jugando siempre,
al blanco o al negro, a la luz o a la sombra,

y que muero por morir en un choque, en un choque de miradas, donde no sólo protagonicemos sino también, que juntos muramos.

A fin de cuentas, soy poesía.