LA MAGIA DEL PADRE

LA MAGIA DEL PADRE

Era la cortina rosa, de otomana desgastada
Bálsamo y manto de seda,
Que alojo brindaba al mago,
Hacedor de amor y ensueños.

Cada tabla del recinto en durmientes apoyada
Le esperaba en la mañana
Cantando en feliz crujido,
Celebrando su llegada.

Sin pretender ser perfecto, su alquimia diaria incluía
Lidiar y esconder temores,
Sin contaminar su esencia
Bajo juicios materiales.

El amor abría su puerta mostrando dintel brillante
Sonrisa y mirada limpias,
Manos llenas de respeto
Sanando al pobre y al rico.

Había en la calle un murmullo… era el día de mercado
Bajo la ruana mugrosa
El amor del campesino
En habas era entregado.

Gallinas, pollos y ovejas eran atados al poste
Testigos y acompañantes
Objeto de venta y trueque
En la sin igual jornada.

Cotizas muy desgastadas descansaban en la silla
Mientras el mago ajustaba
El alivio y movimiento
A aquella boca sedienta.

Personas de gran prestancia esperaban en taburetes
De descolorido cuero,
Queriendo recibir la magia
Del alma en tan sabias manos.

La niñita aún recuerda, ama y anhela el remanso
De esos ojitos brillantes
Que cantaban la alegría
Del amor dando servicio.