CADA DÍA...

Son las mismas ventanas,
los mismos árboles,
las mismos trinos,
cada día...

Es el chasquido del cerrojo,
el tintineo de las mismas llaves,
los mismos pasos,
el regreso a casa...

Una rutina añeja,
de siempre,
y sin embargo...
tan esperada.

Qué sería de los días sin repetición?
De la paz hogareña,
del decir mucho,
sin una sola palabra?

Un descanso sin leños,
sábanas frías,
noches eternas,
y de calor en falta?

Gracias!... por cada día en compañía,
la mesa servida,
la ducha tibia
y los pasos que me buscan.

No imagino la vida en silencio,
sin la mano siempre tendida,
sin la mirada franca.
No imagino mi vida sin ti.