El cruzado

poema de El Caminante

Supo del dolor y de la muerte
y del reposo insomne, supo cuánto
la sangre no se enjuaga en la armilla
por más lágrimas que hubiese arrojado.

La Cruz, ¡la Cruz escarlata
en el hombro de fieros cristianos!
¡La Cruz que horripila, que asombra
gentes tostadas al sol mahometano!

¡Y pesa esta espada...! Más pesa la duda,
ciñaña del alma, tentando al soldado.
¡Milites Christi!... antojo de Dios;
cercenan los diez Mandamientos, dejando
teñirse de herrumbre los más:
a Él levantan su acero y su trabajo.

¡Hueste inmemorial! ¡Desmemoriada
de los pasajes que en santa prosa hablaron
de dar otra mejilla, de dar ciento por uno:
os confundió el gran Marte enajenado!

¡Hueste inmemorial! ¡Desvencijada
ante las puertas de Antioquía! ¡Salmos!
Al pie de un estandarte, algunos miran
retorcerse a Luzbel de puro agrado.

Comentarios & Opiniones

María del Rocío

Tremendo! Gracias por el paseo a nuestro innegable pasado. Lo escribes tan bien que transporta!

Critica: 
Joelfortunato

El caminante: ¡Feliz Navidad y año nuevo!: Saludos y amistad le envío. Su especial escrito, es amplio, reflexivo, prudente, suave, de nobles sentimientos, ideas y buen ritmo. Un gusto leerlo. Gracias por compartirlo.

Critica: 
Mac1965

Pasado haciéndole presente. Te felicito y felices fiestas

Critica: