Ya somos libres

poema de Alguien más

Sofisticado.
Los que dicen que todo lo bueno es útil nunca han pensado en cuál es la utilidad del ser humano en la naturaleza.
O dicho de otro modo
¿Qué utilidad tiene que uno exista?
Utilidad o inutilidad son de esos significados sofisticados.
Sofisticados porque vienen del Sofismo, falaces o engañosos.
No así el sentir.
El sentir no es útil ni fútil.
Es lo que es y nunca es lo que no es. Es algo parecido a un absoluto.
Es, por así decirlo, en su presente inmediato, excluyendo el espacio-tiempo, algo concreto.
Concreto, aunque este sentir, sea confusión y angustia.
Son hechos intangibles, pero, son decidores.
Decidores, puesto que, por ellos mismos decidimos o nos deprimimos.
Decidimos si esto es correcto, no útil ni inútil, sino, correctos, casi obligados.
Obligación que a veces no podemos cumplir.
Somos libres y no por ello la obligación no existe.
Al revés, solo aquel que ha logrado su libertad, es quien puede elegir un deber y ese deber es su obligación.
Dicen que todos tenemos derecho a opinar, mas, también se dice que nadie está libre de pecado.
Como el creer que la libertad es un derecho, pensar esto es un pecado.
Como ser responsables de nuestras decisiones, esto es, quizás, la única perfección humana.
Estamos condenados a ser libres, decían los Existencialistas. Es cierto, hasta cierto punto.
Puesto que hasta ese punto, aún éramos esclavos.
Esclavos de nuestros derechos.
Amos de nuestra condenación.
Pero cuando nos obligamos libremente a nuestros deberes, ahí somos libres.
En este punto es donde la libertad ya no tiene valor alguno.
¡Ya somos libres!

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