Un absurdo

poema de Alguien más

Ya tan común me parece, hablar con la existencia
Como si fuese una constante, siempre presente
Que a veces confundo la conciencia con ella
Les hablo a las dos como si fuesen la misma
Y por supuesto, ¿Qué hago hablando a la existencia?
Que hago dentro de su mundo, sea real o virtualizado
Si fuese mi amante ya estaría cansada de tanto que hablo
Como este fuese una travesía en barco
Después de la muerte llegaremos al destino
Antes solo vemos un gran océano intranquilo
Donde esta nave es lo que llamamos mundo
Lo fundamental, por las circunstancias, sea la proa y el timón
Soñamos con lo que habrá al llegar a tierra
¿Ese debe ser el Paraíso de los cristianos?
O el nirvana de los budistas
Mientras, la existencia y yo, y la conciencia
Hay que hacer algo, de ahí que nacen las cosas
¿Qué la existencia es un absurdo?
Yo a ella la encuentro de lo más cuerda
El que parece un demente soy yo
Que no paro de hablarle, y le digo, oye, conciencia
Es un enredo, pero, con una sola personalidad
Esto me salva de un desorden psicológico
Pero hablarle a la existencia como cosa amena
Pareciera que no es tan normal, no se debiera
Pero, que opciones me quedan
Tirarme del barco y ver si puedo respirar bajo el agua
O continuar existiendo con la existencia
Y no darle mucha conciencia a la conciencia
No vaya a ser que la conciencia sea la absurda
¿He entendido, Camus?
Uno es el absurdo, no la existencia
Y no sé de que le sirve la conciencia a un absurdo
Como yo.

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