Existir

Existir
No me quedo en su palabra
Ni en dudoso ritual
de la palabra de Dios
Los cristianos y el corazón sagrado.

Existir
No me quedo en esa palabra
En los ojos de ternura,
posiblemente
En los ojos de Maria,
quizás siempre
Que no sólo es la falta de mi madre
Ni de su muerte tan silenciosa
Es de quien busca sus brazos
Para dormir tranquilo
Que nada los sustituye
Aunque hayan millones.

Existir
tiene una marca
que cada uno hace
Sabiendo y sin saberlo
Como si sus efectos
fuesen mariposas
Que de pronto revolotean
a cualquier lado
Cuando uno piensa
que sabe donde está
Que sabía donde iba
Ellas salen de uno mismo
y crean la realidad
Que parecía muestra
Que parecía la de uno.

Existir
tiene ese corazón de madre
Esas mariposas revoltosas
Tiene ese aspecto real
Fallece
Con una fuerza fértil e intacta
Con la rabia de la impotencia de los tiempos
Con la derrota del bien
sobre el mal
Mi padre nace
con el sol
cada mañana
Y muere
cada noche
en su cansancio

Existir
es ir de la mano de mi padre
Ni el supo porque lo hizo
Yo le siguo
por que a él le debo
mi propia convicción
Que a veces se olvidan
las revoltosas mariposas
En la concepción,
de que existir,
es la permanente elección
entre el bien y el mal
Y no hay
más realidad que esa
En ella las mariposas revolotean
y el corazón de madre
nos cobija
para dormir tranquilos
Por haber hecho en silencio
nuestro trabajo
Y que recién comienza para ti
Capullo y tierno corazón.