El mundo de la escuela de frankfurt

poema de Alguien más

Se acabaron los náufragos en mares alfabéticos
Se han caído los vuelos de águilas en cielos poéticos
Se han envenenado los manjares dionisíacos de odas y prosas
La ira de Dios, como un tambor hueco, a la voz de un falso profeta
No calla nada en ninguna parte, más nada se escucha ni nada se entiende
¡Oh la verdad!, y si este decir
es por la Verdad del bien o cuan verdad es esta locura del mal
No me atrevo a decir lo mejor, para no dar rienda suelta al eufemismo
Por que todo se reduce al futuro
También a como hemos construido el presente
En esta ausencia de estar nosotros mismos
Como si de ellos dependía el mundo
¿Qué mundo?
Solo el futuro en busca de la Utopía
El futuro dominado por la necesidad
Me quedo con la utopía, desvanecida y sin fuerzas…levantarse
No sé si así queda algo
Esa ley física que finalmente todo lo detiene
Hasta el más osado y poderoso miente en su caída
¿Por qué he hablarte de caídas y de finales?
Es muy simple, no hay respuestas
De esas que nos unan, de esas que no son opiniones
Porque, de interpretaciones e ilusiones propias, dejamos al mundo
Lo dejamos a otros, que lo usaron, lo cambiaron y lo destruyeron
Mientras, tu y yo, vagamos por las abstracciones y los efectos
¿Dónde estuvo ese momento en que lo entregamos todo?
Es que llegamos inocentes y listos para aprender
Nadie nos enseñó, nadie había aprendido, nadie podía enseñar
Todo aquello de palabras, signos, modas y ciencia humanista
Todo aquello era vacío de ternura, vacío de hermandad, vacío de amor
Si, en vano ya me has de callar
Porque del amor mismo yo ya me fugué y solo disfruté de su bondad
Ahora, en sufrimiento y odio, su beso es triste,
su beso es cuidadoso y más necesario que nunca
Nadie nos enseño que el amor
es un lujo para vivir el bien
y necesario para luchar contra el mal.

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