Penas

Hoy he dejado a mis penas,
que pasen rozando mi mano derecha.
Esas que con tiempo ganan la fuerza
y se te vuelven amigas
con esos sabores de antiguas.

Y con la mano izquierda,
para que de menos no se sintieran,
barrí de mi mente,
una a una, las penas presentes.

Luego he bajado la vista
para verlas de cerca y de frente,
y las he visto extenderse...
en la aridez de mi vida

Esas manos vacías,
eriales resecos de ausencias
donde solo prenden las penas.

Pero al mirarlas he visto,
que en las penas antiguas y nuevas,
solo tienen el hambre cogido
el hambre grande de tu presencia.