Inocente
poema de Eusebio García-Gasco
Sepa Vd. que vivo de prestado.
La verdad es que mi muerte
me cogió desprevenido
y por eso vivo de costado.
Una ventaja de esto,
es que el corazón ya no me duele
y si me llega su recuerdo
pues voy y silbo alegremente.
Porque las espinas ya no pinchan,
o no más que los ayeres,
por eso canto y me río
tan desaforadamente.
Al fin, Vd. ya no me escucha,
y no le importan mis haceres.
Cogeré mis bártulos y versos y me iré,
como quien dice, para otras luchas.
Vd. ya me lo entiende,
sonriendo, que me vean inocente.
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Un placer de lectura